REZANDO JUNTOS, Lunes 6º de Pascua. San Juan 15. 26 - 16.4. Ciclo A.
Les saludo con especial cariño en este lunes de la 6ª semana de Pascua. Gozando la felicidad de la vida y de la presencia de nuestro Dios.
Señor, ayúdame a vivir este momento de oración, como un momento de conversión, de cambio, como una oportunidad que me concedes para volver a ti con renovado entusiasmo, para centrar mi mirada en ti y contemplar tu supremo testimonio de amor. Espíritu Santo, ayúdame a corresponder fielmente a tus santas inspiraciones.
Meditemos en el Evangelio de San Juan 15. 26 - 16.4.
Jesús, como parte de la preparación final a tus apóstoles antes de tu pasión (que lo podemos decir también para antes de separarse físicamente de ellos en la Ascensión), los instruyes sobre dos cosas: la primera y más importante, es que serían revestidos de una fuerza interior que los convertiría en auténticos testigos de tu amor y de tu Reino; por otro lado que el convertirse en auténticos testigos los llevará a afrontar una serie de dificultades, incluso a perder la vida como prueba de fidelidad.
Estos dos elementos han estado presentes siempre en la Iglesia: Tù testimonio, Mesías, llevado hasta las últimas consecuencias y la presencia activa del Espíritu que conforta, anima, e impulsa a testificar que eres el Señor y que sólo en Tì hay Vida en Abundancia.
Señor, nos dejas muy claro que nuestro trabajo lo podemos hacer en equipo, y por lo tanto, podremos llegar a más personas y con mayor profundidad. Ya que el "Socio" que nos das para esta misión es, nada más y nada menos que el Espíritu Santo. Con Él podemos contar con seguridad que nuestras acciones, palabras y obras, van a estar bien avaladas y bien fundamentadas y darán fruto espiritual.
Me `pongo en manos del Espíritu Santo; Él transformará nuestros corazones, nos dará los dones necesarios para conocer, asimilar y amar la voluntad de Dios en nuestras vidas; nos ayudará a romper con los miedos, vergüenzas y nos lanzará a conquistar más y más corazones para Tì, Jesùs.
Me encuentro hoy con la actualidad de mi Confirmación. Allí se me dio la energía y fortaleza, que me permite llevar mi vida cristiana comprometida y sin claudicar. Me invito a pensar y a reflexionar un rato sobre este sacramento que fortaleció nuestra vida espiritual y me dio el sello especial de soldado de Tuyo. Eso somos, y por ello estamos capacitados por el Espíritu para dar testimonio, para ser responsables de nuestros actos ante Dios y ante la Iglesia, para superar las pruebas de la fe que posiblemente encontraremos en nuestra existencia cristiana, y para exponer la verdad a los cristianos que se alejan del Señor.
Nos adviertes que nos echaràn de la sinagoga (Templo, escuela), llegarà una hora, que incluso aquel que nos dè muerte, pensarà dar culto a Dios, todo esto lo harán porque no te conocemos ni a Ti ni al Padre. Señor lìbramos de caer en la mentira de hacer el mal a los demás, sin darme cuenta.
Dulce huésped del alma, Espíritu Santo, dame tu luz, dame tu fuerza, dame tu dulce compañía para vivir en tu presencia. Prepara mi corazón para que sea un templo vivo y ardiente que te acoja para siempre.
Quizás sería bueno esta semana reflexionar sobre la eficacia de nuestro testimonio ante los demás. Nuestro testimonio con nuestros compañeros de trabajo y en nuestra misma familia. Y por otro lado hacernos conscientes de la presencia activa del Espíritu que obra en nosotros y nos asegura que sólo en Jesús hay vida.
Mis queridos niños, Jesùs nos dice que cuando venga nuestro Defensor, enviado por el Padre, el darà testimonio de Jesùs y nosotros tambièn tendremos que dar testimonio de El, desde pequeñitos hemos estado con Jesùs, por eso Dios me da este regalo. No siempre seremos entendidos y comprendidos, pero sabemos que Jesùs va con nosotros.
P. Dennis Doren, LC